Es asombroso cómo un mismo punto de buceo puede cambiar al anochecer. No sólo se reduce la visibilidad, lo que dificulta en cierto modo la orientación, sino que la vida marina también es muy diferente. Ciertas especies son mayormente nocturnas y no dejarán verse con tanta facilidad durante el día. La ausencia de luz natural hace que una inmersión nocturna se convierta en una magnífica experiencia, casi extraterrestre.
Procedimientos de entrada y salida del agua, equipo especializado y protocolos de comunicación con señales en condiciones de mala visibilidad son algunas de las cosas más importantes que se verán a lo largo del curso. Por otro lado, los buceos nocturnos son tremendamente divertidos, con lo que al mismo tiempo que se aprende, la diversión está a la orden del día.